
Cada mañana, cuando suena mi despertador, cuando lavo mis dientes y preparo mi ropa para comenzar un nuevo día, sé que a pocos minutos de mi hogar, y del tuyo también, miles de seres están siendo asesinados en nombre de un negocio que no solo destruye sus vidas, sino también al planeta mismo, poco a poco, contaminando los ríos, talando los bosques, privando de alimento a la mayoría de los humanos hambreados del mundo, y llenando el estomago de cadáveres y, seguramente, al cabo de algunos años, serán la causa de cáncer, diabetes, osteoporosis, enfermedades coronarias, con sus arterias taponadas de tanta grasa, con el ácido úrico depositándose en todos sus rincones, se preguntaran, porque me he enfermado? Si siempre he comido sano, solo comí carne?, carne es para ellos, solo carne, pero hace pocas horas, esa “carne” pertenecía a un ser que como nosotros, nació para vivir una vida plena, para procrearse, cuidar de sus hijos, disfrutar del sol, de la lluvia, del verde, por esa “carne”, los privamos de su libertad, del aire, del espacio, confinados a campos de exterminio sin lugar tan siquiera para darse vuelta, rodeados de semejantes y sin poder relacionarse con alguno, los insemínamos artificialmente para que tengan crías y se las robamos apenas nacen, los privamos de alimentos y solo los engordamos con hormonas, llenándolos de antibióticos que de no ser así, no podrían aguantar vivos ni un solo día, infectados de enfermedades, producto de la tortura y la reclusión a la que son sometidos.Desde que esa luz se encendió en mi corazón, jamás podré ver un pedazo de carne sangrante en un plato o una sartén y no ver en ella a un ser que minutos antes sintió miedo, por sobre todas las cosas, pavor, horror, al entrar al matadero, después de aguantar una vida (vida?) de esclavitud y vejámenes, y soportar un largo viaje sin agua, sin alimento, pudiendo percibir que el fin se le acerca, al llegar allí, puede oler la adrenalina y las toxinas emanadas por sus compañeros que están siendo asesinados, sabe perfectamente que no podrá escapar, tiene miedo, pánico, esta horrorizado y casi no tiene fuerzas ni para gruñir, si pudiese hablar nuestra lengua, que crees que nos diría? Nos insultaría y maldeciría por haberlo torturado desde pequeño?, nos odiaría por haber convertido a sus hijos, sus primos y hermanos en picadillo comenzando a pudrirse? No, yo creo que solo suplicaría, nos pediría por favor entre sollozos que no lo matemos, que no le quitemos lo único que le queda, su vida, por más mísera que esta sea.Esa carne que te aprestas a comer, hasta hace horas gemía, sentía frió, dolor, miedo, pena y resignación, el jamás te hubiera hecho daño a vos, pero somos tan cobardes que no comemos animales feroces, solo aquellos tan mansos y dóciles que ni siquiera pueden lastimarnos.Algunos dicen que Dios nos hizo carnívoros, jamás escuche mentira tan grande, hay numerosos estudios que demuestran que el organismo humano no esta preparado para comer cadáveres, y si hablas de Dios, te imaginas a Jesús escondido tras un arbusto a la espera de un becerro, una oveja, un cerdito?, te lo imaginas abalanzándose sobre él, extrayendo de entre sus ropas un cuchillo?Cortando la garganta del animalito mientras lo sostiene con sus manos sangrantes? Realmente te lo imaginas devorando con gula sus entrañas, bebiendo sus jugos?....en el 5to. Mandamiento, aquel de no mataras, nunca he visto una llamada que aclare que solo se refiere a los seres humanos, o tal vez vos también vas a salirme con aquello de_pero las plantas también son seres vivos, si esa es la excusa que has encontrado para justificar él haber convertido tu heladera en una morgue y tu estomago en un cementerio, no vale la pena discutir, sabes que esa tontería no resiste el menor análisis.A veces me siento tan solo, nadando contracorriente, conviviendo con una sociedad que se horroriza con las guerras, los atentados, las violaciones, pero nada le importa del sufrimiento de los animales en las granjas factorías, en los zoológicos condenados a cadena perpetua sin comprobarles delito alguno, en los acuarios convertidos en payasos, en los circos vueltos idiotas para la sonrisa de unos pocos, en las trampas llorando con sus extremidades destrozadas, hasta que llegue el asesino que terminara de matarlo, para robarle su piel, su abrigo, en los criaderos artificiales, donde morirán electrocutados con un fierro introducido por su ano, para no estropear su piel, tan cara en los centros de moda, en los cotos de caza y en los mares y ríos, asesinados cobardemente para luego llamarlo”deporte”, en las corridas de toros, impunemente acribillados, en las calles abandonados, enfermos y famélicos, envenenados luego con gases en las perreras municipales, en los laboratorios, donde servirán a los experimentos más crueles que mente criminal pudiese imaginar.Barry Horne, ese hombre que vivió y murió por la causa de los más débiles, los mas perseguidos, los que no tienen ni voz ni voto, los animales, no murió en vano, sé que a pesar de sentirme solo a veces, no lo estoy, se que hay muchos que piensan y sienten como yo, y me basta saber que estas leyendo esto y tal vez sirva para que cambies, para que tomes conciencia, así como lo he hecho yo, como le ha sucedido a tanta gente. Tal vez algún día se cumpla el sueño de Leonardo Da Vinci, y llegara él día en que los hombres verán a los asesinos de los animales, como hoy a los asesinos de los hombres, mientras tanto seguiremos escuchando el lamento de los corderos.